
ASÍ VAMOS CAMBIANDO
- 10 jun
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Actualizado: 10 jun
Esta historia es clara: de un sentimiento nació una inspiración, y de esa inspiración surgió un proyecto, CHABOLA.
Desde el inicio, fuimos conscientes de que esta marca debía rendir homenaje a las mujeres que siempre han estado pero que nunca las nombramos. Queríamos enaltecer a esos seres maravillosos que me enseñaron tanto de lo que hoy soy; mostrar su verraquera, su alegría, su solidaridad, su resiliencia y tantos otros valores con los que crecí. Valores que no solo definen a las mujeres de mi familia, sino también a las mujeres de mi país, aquellas que conocí a lo largo de la vida: mujeres artesanas, campesinas, madres, hijas… todas con historias poderosas.
Así nació nuestra primera variedad de café: LA MARÍA, en honor a mi abuela paterna, María Matilde. Hoy, es nuestra variedad más vendida y nuestra carta de presentación cuando alguien quiere conocer nuestra CHABOLA. (Más adelante les contaré mucho más sobre ella).
Y entonces ustedes se preguntarán: ¿y el nombre de la CHABOLA? Esa fue la parte más difícil. Busqué y busqué nombres, sinónimos, combinaciones… Al principio nos llamábamos Jardín Café & Alma, porque el café viene de Jardín Antioquia, y lo que queríamos transmitir era alma. Ese nombre nos acompañó durante cinco años. Estoy profundamente agradecida con él: nos llevó a lugares que nos llenan de orgullo y nos ayudó a convertirnos en lo que hoy somos.
Después, comenzamos a buscar un nombre que nos identificara aún más profundamente. Queríamos algo relacionado con la mujer, las montañas, el amor… y nos dimos cuenta de que estábamos hablando de hogar, de ese santuario tejido con tradición y afecto. Así llegamos a CHABOLA.
CHABOLA proviene del quechua, una de las lenguas originarias que primero tocó nuestro territorio, y se ha transformado a lo largo de los años en muchas variantes en todo el país. Significa hogar, bohío: ese lugar donde nacen los sueños, ese espacio que se nutre de las raíces de mis abuelas y también de mis abuelos, que jugaron un papel fundamenta, pero donde ellas son las protagonistas.
Mujeres fuertes, apasionadas, de quienes heredé el amor por el café, por la acogida, el recuerdo, la nostalgia y el arte de compartir.


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